Bienvenidos de camino a la locura

Espero que les guste el blog y disfruten visitándolo tanto como yo haciéndolo. Cualquier opinión será bien recibida.

¡Cuidado! Ya está aquí la Tercera Guerra Mundial

Esta mañana mientras comía con mi familia he visto unas imágenes en el telediario en que un avión de guerra despegaba y otra en la que aparecían un grupo de militares. Se lo he comentado a mi primo y le he preguntado ¿Qué pasaría si estallase la Tercera Guerra Mundial? A partir de ahí hemos estado hablando y es lo que me ha inspirado para volver a escribir por aquí. Es un tema que ya me había planteado muchas veces, pero especialmente en los últimos meses tras descubrir una canción de Sabina que hablaba sobre el estallido de una nueva guerra a nivel internacional y decía aquello de "¿Qué ganas con ahorrar? Si vamos a volar por los aires en la Tercera Guerra Mundial"
Tema perteneciente al disco Ruleta Rusa (1984)
Repasemos un poco los antecedentes de las dos anteriores guerras mundiales. En la primera guerra mundial se comenzó a innovar en armas, pero todavía habían ejércitos que combatían a caballo. En la segunda guerra mundial el salto de tecnología armamentística es impresionante, llegan los primeros aviones de guerra y los buques mejoran mucho para ser todavía más peligrosos al igual que las armas. Además el ser humano da un paso adelante en cuanto a autodestrucción y lanza dos bombas atómicas en las famosas Hiroshima y Nagasaki. Entonces, después de ver esta evolución de la primera a la segunda guerra y contando que solo pasan unos 20 años entre ambas guerras, ¿hasta dónde llegaría una Tercera Guerra Mundial, sabiendo que han pasado unos 65 años desde el final de la Segunda Guerra Mundial?

Hoy a principios de 2011 sabemos que las armas utilizadas en aquellas guerras y sobre todo en la primera, han quedado ya anticuadas para lo que hoy en día se mueve en temas armamentísticos. Sabiendo la destrucción que causaron aquellas bombas atómicas y las consecuencias, que todavía hoy sufren en Japón por culpa de las radiaciones de las bombas, podríamos decir que ya hoy en día una bomba podría destruir el mundo y poner fin al paso del ser humano por la Tierra, convirtiéndonos así en la primera especie conocida terrestre que se ha autodestruido.

Ya durante la Guerra Fría entre la extinta URSS y los Estados Unidos pudo haber llegado la autodestrucción humana ya que ambas potencias se enzarzaron en una disputa por ver qué potencia era más poderosa en todos y cada uno de los aspectos, ero donde más dinero emplearon fue en armamento y si EEUU sacaba un arma, la URSS lo hacía más potente y viceversa. Así hasta que llegaron a tener ambas potencias un armamento impresionante que llegaron a estar apuntados en dirección al enemigo, nada faltó para que una guerra hubiera comenzado y nadie sabe como hubiera acabado.

También son muchas las imágenes que nos llegan desde países como Corea del Norte en la que se realizan desfiles armamentísticos con tecnología nuclear para demostrar al mundo lo poderosos que son y que tienen al mundo en sus manos. Estos desfiles, también llamados ensayos nucleares son como una amenaza a todo el mundo, una manera de decirle a las demás potencias que son capaces de destruir el mundo y que no les falta "valentía" para hacerlo. Así se ganan un respeto en el tablero mundial a costa de una política del miedo. Aunque no son los únicos que realizan estos ensayos.

En menos de 100 años habremos pasado de una guerra en la que ambos ejércitos se situaban frente a frente para luchar cuerpo a cuerpo a lo que ahora sería una guerra "a distancia" en la que con tan solo pulsar un botón puedes destruir la ciudad del enemigo o el país incluso. El selecto grupo de "peces gordos" que mandan por encima de nosotros, puede jugar a su antojo y sin consecuencia alguna con todas y cada una de nuestras vidas. A ellos que les importa que mañana tengas que madrugar para trabajar, en cualquier momento pueden hacer volar todo. Solo nos queda esperar que no haya una Tercera porque tal vez esa guerra ya no aparezca en los libros de texto.

Felicidad y conocimiento

El otro día me puse a echar un vistazo a mis trabajos de este año y me encontré con esta disertación que tuvimos que realizar para la clase de filosofia y que me apetece rescatar para el blog.
 
¿El conocimiento puede conducir a la felicidad?

Esta es una pregunta que muchos se han preguntado desde tiempos remotos. Intentaré darle una respuesta bajo mi punto de vista e intentaré que, al menos, os haga reflexionar acerca de la cuestión.

¿Está la felicidad relacionada con el conocimiento? ¿Nos lleva, realmente, el conocimiento a encontrar la felicidad?

Por definición, llamamos conocimiento al conjunto de información almacenada mediante la experiencia o aprendizaje o a través de la introspección y llamamos felicidad al estado de ánimo caracterizado por dotar a la personalidad de quien la posee de un enfoque del medio positivo y un estado de paz interior muy grande. Podríamos decir que la ignorancia es lo contrario al conocimiento y la tristeza lo contrario a la felicidad.

La felicidad, tal vez sea lo más deseado por el humano en esta vida ya que al fin y al cabo es el resultado de muchos aspectos diferentes de la vida ya sean amorosos, económicos, deportivos, laborales etc. En definitiva todo aquello que entra en nuestra vida y nos influye en nuestro estado de ánimo, se podría decir que es casi el objetivo de nuestras vidas, ser feliz. Pero no siempre el que estos puntos de la vida vayan bien supone la felicidad, hay quien es feliz teniendo una vida de lo más desafortunada.

Hay quien piensa que la felicidad se alcanza con el conocimiento, lo basan en que el ser humano es feliz en proporcionalidad a lo que sabe. El conocer todo lo que nos rodea nos lleva a estar más preparados ante los malos momentos y saber defendernos de ellos. Las personas más inteligentes suelen sentirse bien consigo mismas y satisfechas al ver que comprenden las cosas que se les han planteado y tienden a ser más seguros ya que prácticamente no le temen a nada ya que conocen de antemano, aquello que pueda aparecerles en su camino hacia la felicidad. El hecho de ser ignorante hace más vulnerable al ser humano ante ciertos obstáculos de la vida.

Pienso que esta forma de pensar no es correcta, no sé es más feliz cuanto mas se sepa. La felicidad está en otras cosas que no están relacionadas con el saber. Es cierto que el conocimiento nos hace estar más preparados ante las adversidades y, por lo tanto, podemos defendernos de ellas con mayor facilidad, lo cual no quiere decir que uno sea más feliz por ello. También, es cierto que las personas que saben más tienden a ser más seguras. Esta seguridad se la da el ver que todo el medio en el que viven lo conocen y lo manejan, se mueven mejor por el mundo con mayor previsión ante todo. Y, por supuesto, el ser ignorante hace al ser humano más vulnerable ya que no tiene la capacidad que te otorga el conocimiento de prepararte ante los malos tragos.

Para mi, la felicidad no está en aquello que sepamos. Se puede ser muy feliz dentro de una ignorancia, el simple hecho de desconocer ciertas cosas, te hace despreocuparte de ellas y pensar que todo es bonito. Por ejemplo en una pareja tu mujer te es infiel y tú no lo sabes y eres totalmente feliz, ahora bien, si nos enteramos de la infidelidad ya no seremos tan felices puesto que, nos habremos enfrentado a la cruel realidad. El vivir en una ignorancia puede llevarnos a conseguir la felicidad. Una felicidad en muchos casos, basada en algo inexistente, pero ese es otro tema. Eso si, a todo el mundo le gustaría tener conocimiento de las cosas que ocurren a su alrededor, pero si no se tiene todo tiende a ser de color de rosa.

Por otro lado, no es más feliz un chico que tiene 3 carreras universitarias que otro que trabaja en la minería. Puede que el de las 3 carreras sea más feliz que el minero, pero no será más feliz por el hecho de tener más conocimientos, es algo independiente. No por tener más conocimiento se es más feliz. Es más, podría llegar a decir que cuanto menos sabemos más felices somos.

Ahora bien, el hecho de tener más conocimientos si te hace más libre ya que conoces más opciones y más formas de moverte ante situaciones y puedes elegir entre ellas, mientras que, el ignorante probablemente, vera menos opciones y serán las únicas que podrá elegir.

Por lo tanto, ¿está la felicidad relacionada con el conocimiento? No, no tienen porque estar relacionados ambos términos.

Como conclusión: el conocimiento, para mí, no lleva a la felicidad en ningún caso, aun así, prefiero malo conocido que bueno por conocer. Creo que debemos intentar saber todo lo que podamos y conseguir la felicidad en cosas que realmente sean ciertas y de las que tengamos conocimientos para no llevarnos desilusiones por creer en cosas que no sabemos si realmente son así sino que, al ignorarlas presuponemos que son así. La pregunta ya es, ¿prefieres vivir en una felicidad dentro de la ignorancia o ser infeliz por conocer demasiadas cosas?

The Dark Side of the War

Estos últimos días en clase hemos estado viendo la película/documental Vals con Bashir, película que me ha motivado para escribir en el blog.

Para empezar, comenzaré diciendo que en la película se nos muestra una cara muy distinta a la que normalmente nos enseñan las películas bélicas. Aquello del héroe de guerra y demás acciones épicas no las encontraremos aquí. Vals con Bashir es una película más bien orientada al mundo del documental ya que recoge los diferentes testimonios de los amigos del director Ari Folman que le van ayudando a recordar momentos que él mismo vivió en la guerra de Líbano de 1982 y que tal vez su memoria no ha querido recordar.

 Me sorprende como los soldados, en su mayoría jóvenes, en casi todo momento de la acción no saben muy bien a dónde ni a quién disparan, la gran parte de las veces, disparan por miedo a la muerte. El mismo Ari Folman lo reconoce y además nos dice que después de 2 años de adiestramiento no estaba capacidtado para llevar a cabo misiones de guerra. Lo cierto es que Ari era muy joven cuando fue a la guerra, tan solo 19 años. Estos soldados son casi convertidos en máquinas de matar, que matan por no ser matados y luego se dan cuenta de lo que han hecho y después de cada muerte, el silencio. El silencio de la muerte que llega cuando no se sabe muy bien porque se mata. Especialmente sobrecogedora la última escena de la película en la que nos enseñan unas imágenes, esta vez reales, de la masacre de Sabra y Chatila y de nuevo el sonido de la película se detiene y vuelve el silencio de la muerte.

En la película se ve claramente como absolutamente todos están en peligro de morir y que solo el azar será quien pondrá la bala en tu compañero o en tí. y la facilidad con la que puedes morir o quedar herido de por vida.
No obstante, el dolor o las heridas físicas no son las únicas a las que estos soldados están expuestos ya que hay una gran posiblidad de sufrir daños psicológicos despues de bombardear ciudades, fusilar enemigos o matar inocentes. Posiblidad de daños psicológicos que se engrandece cuando la edad de estos soldados no sobrepasa la de 20 años en su mayoría. Pero no solo las personas son los objetivos de estos soldados, también son ordenados a hacer todo tipo de destrozas. Por poner un ejemplo, en la película nada más empezar un amigo de Ari recurre a él para pedirle ayuda ya que desde hace casi dos años no deja de soñar con 26 perros que le persiguen todas las noches en sus sueños. Estos sueños provienen de una misión en la que su regimiento tuvo que asaltar un pueblo y los perros eran quienes avisaban al pueblo del peligro de los soldados por lo que al amigo de Ari le ordenan que acabe con estos 26 perros, 26 disparos que recordará para siempre como una enorme herida y remordimientos en su mente.

Lo ideal sería que hechos como este no se repitieran de nuevo, pero nada más hay que echarle un vistazo al telediario para ver que se siguen repitiendo constantemente enfrentamientos ya sea entre estados o enfrentamientos internos. El ser humano continúa su asombrosa autodestrucción y es más que una utopía pensar en un mundo sin guerras.


Ficha técnica
Título: Vals con Bashir
Título original: Waltz with Bashir
Dirección: Ari Folman
Guion: Ari Folman
Música: Max Richter
Montaje: Nili Feller
Año: 2008
Duración: 90 minutos
País: Israel
Género: Documental, biografía, animación.
Estudio: Bridgit Folman Film Gang, Golen Distribución
Distribución: Sony Pictures Classics
Presupuesto: 2.000.000 $
Recaudación: 8.107.724 $

Fecha de estreno
España: 20 de Febrero 2009
Reino Unido: 21 de Noviembre 2008

Argumento

En el año 1982Ari Folman fue a los 19 años soldado de infantería en las Fuerzas de Defensa de Israel. En 2006, se reúne con un amigo que hizo en su período de servicio militar, quien le cuenta que sufre numerosas pesadillas que parecen estar relacionadas con algo que sucedió en la Guerra del Líbano de 1982. Folman, que también participó en dicha guerra, se sorprende de no recordar nada de ese período. Al cabo de unas horas, le viene una flash sobre la noche de la masacre de Sabra y Chatila, siendo la primera imagen que logra ver, aunque duda sobre la veracidad de la misma. Dicha imagen empezará a volver a su cabeza cada vez con más frecuencia sin poder a llegar a descifrarla, donde aparece él y sus amigos de la unidad bañándose en la orilla del mar en Beirut, mientras caen bengalas suavemente iluminando la oscura noche, dejando a la vista los edificios destrozados cercanos a la playa. Folman se apresura a reunirse con otro amigo suyo con quien sirvió en el Líbano, quien le aconseja que investigue lo que pasó hablando con sus antiguos compañeros para ver si puede recuperar su memoria sobre los hechos allí ocurridos.

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